viernes, 6 de julio de 2012

Las Mujeres James - Capitulo 7º


Capitulo 7º  - Todos recibimos regalos



“Como una rosa roja,
me atravesaste con palabras
similares a las espinas.
Como si fueras un tatuaje
 te clavaste en lo mas profundo de mi”
T-ara – “Cry Cry”

Hoy 30 de Julio ¡Es mi cumpleaños numero 23! Y me encontraba placidamente durmiendo, disfrutando de mi día libre y de no tener que levantarme temprano hasta que un ruido metálico e insoportable me despertó, no era un ruido fuerte, sino, continuo y parejo. Al bajar a ver de qué se trataba, me vi envuelta en una escena poco agraciada,  en donde mi hermana Lita estaba sentada con su cabeza de frente a la pelvis de un muchacho y el chico recostado sobre la mesa quejaba constantemente recostado sobre la mesa de la cocina.

-¡Pervertidos! ¡¿Qué están haciendo allí?! –Grite en tanto mí hermana volteaba a verme.
- ¡No te desconcentres Elizabeth! –Ordeno el muchacho.
- ¿Qué no ves que le hago un tatuaje? – Pregunto mi hermana mirándome. Al acercarme corrobora que mi hermana mayor tatuaba al muchacho debajo de su ombligo.
- Soy Jamie –Me presente sonriendo. –Aquel muchacho algo mayor que nosotras solo tenía pequeñas partes en su cuerpo sin tatuar.
- Soy Mick trabajo en la tienda de tatuajes, Elizabeth es mi aprendiz de tatuador. – Contesto el, en su cara se notaba el dolor. - ¿¡Qué haces?! No tan profundo… Así lastimaras al cliente, mantén presionado el pedal –Explico mirando a mi hermana.
- ¡¡Bueno!! –Grito ella estresada.
- ¿Es tu cumpleaños verdad? Puedo regalarte un tatuaje cuando tu hermana termine. – Dijo Mick sonriendo.
- Gracias, pero prefiero solo observar… - Respondí riendo.

Observando a Lita, vi que estaba algo nerviosa parecía que en vez de estar tatuando a alguien estaba haciendo un transplante de órganos, transpiraba y exhalaba su aire hacia arriba para quitar el flequillo de sus ojos. Encendí el reproductor de música y puse su canción preferida “I was made for living you” de Kiss, ella comenzó a cantar la canción para ella misma y a mover su cabeza hacia los lados, al parecer se sentía mas confiada; minutos después limpio a su jefe con un liquido color rojizo y se quito los guantes.

-¡Wow! ¡Genial! –Exclame mirando el tatuaje.
- Esta bien para ser el primero, aunque no volveré a ser el conejillo de indias de los aprendices – Dijo el muchacho mirándome. – Feliz cumpleaños – Me saludo con una sonrisa para luego ponerse su camisa -Beth, te espero mañana- Saludo a mi hermana para luego irse de casa.
- ¡Feliz cumple hermanita! –Exclamo ella abrazándome. – Aquí tienes tu regalo – Dijo dándome una pequeña cajita.
- Gracias – Conteste con una sonrisa abriendo su regalo, que era un esmalte para uñas, entiendo porque se estaba esforzando en su trabajo y siendo aprendiz, era obviamente porque no tenia dinero.
- Mira tu pastel… ¿Te gusta? –Pregunto abriendo las puertas del refrigerador. El pastel era hermoso era de color rosa y tenía una tiara y pequeñas flores y perlitas comestibles; era digno de una princesa, realmente daba lastima tener que cortarlo. – Luego le pondremos las velas – Agrego sonriendo.
- Gracias hermana ¡Me encanta! De seguro te levantaste muy temprano… - Dije abrazándola. Ella correspondió al abrazo feliz.

Luego las puertas de casa se abrieron, mi hermana y yo nos asomamos a la sala para saber de quien se trataba y vimos a mi madre entrando con unas maletas en sus manos, sonriendo, se notaba que estaba muy feliz. Corrí hacia ella y la abrace fuertemente.



- ¡Mamá! ¡Volviste! ¡Te extrañe mucho! –Grite sin alejarme de ella.
- Claro que si y no volveré a irme –Contesto sonriendo. – Feliz cumpleaños hija –Me felicito dándome un beso en la mejilla. Saludo a Lita de la misma manera y luego las tres fuimos a desayunar a la cocina.

-¿Qué es esta porquería? – Pregunto mi madre tomando la maquina para hacer tatuajes.
- Es una maquina de tatuar, conseguí empleo en una tienda de tatuajes y como solo se poner piercings soy aprendiz de tatuador – Explico Lita.
- Entonces… ¿Estas con los de tu misma especie? Debes sentirte tu misma, es como tu hábitat natural ¿Verdad? – Bromeo mi madre riendo.
- Muy graciosa… - Contesto mi hermana guardando sus herramientas de trabajo.

Mi madre me llevo de compras lo que al contrario de mi hermana, yo realmente amaba y al volver a casa mi adorable hermana mayor, aunque ella insista en que no lo es, había decorado todo para mi cumpleaños. Luego llegaron unos amigos, una compañera de trabajo, mi padre con mis 3 medios hermanos, Jade y su insoportable novia, un par de ex cuñadas, mi tía, hermana gemela de mi madre que es tan genial como mi propia madre y un par de tías viejas.

Estaba muy divertido, realmente era el mejor cumpleaños, y no es que sea mala pero se puso aun mejor cuando todo se salio de control, y ¿Qué decir? Sabia que mi hermana no se quedaría con las ganas, y luego de un momento de distracción note que todos corrieron hacia el ventanal que daba al jardín.

- ¡Vamos Lita! ¡Tú puedes hermana! –Grite al ver la espectacular escena de ella y la novia de Jade tiradas en el césped, dándose golpes, arañándose etc.
- ¿Deberíamos separarlas? –Pregunto mi madre mirando la escena de la misma manera que yo.
- No… Ambas quieren matarse desde el primer momento en que se vieron… -Conteste parada junto a mi madre.
-¡Mierda! –Exclamo Jade corriendo hacia ellas. - ¡Dejen de golpearse ahora! ¡Ya basta! –Gritaba Jade intentando separarlas.
- Pobres… Me dan lastima… - Dijo mamá caminando hacia ellas. Tomo a Lita por la cintura y la jalo hacia atrás intentando separarla de aquella muchacha, realmente se estaba quitando las ganas de golpearla, creo que ambas quedaran tontas luego de esos golpes. - ¡Ya cálmate Lita! Suéltala hija… - Exclamo en tanto Jade intentaba hacer lo mismo con su novia.

Al lograr separarlas, ambas parecían linyeras, sus ropas estaban rasgadas y sus cabellos marañados, no pude resistirlo y tome una foto. Lita camino hacia Jade, la cual se encontraba sosteniendo su novia; se veía enojada, como nunca antes se paro frente a ella y se quito su anillo y pude constatar que Jade tenía uno igual.

-Ya no lo quiero Jade… - Dijo mi hermana en voz baja en tanto su mirada temblaba al poner el anillo en la palma de la mano de su mejor amiga; después subió a su habitación mas que molesta.  
-¿Estas bien Lita? –Pregunte asomándome por la puerta de su habitación luego de un rato de que todo ocurriera. Ella se encontraba sentada sobre la cama, con ropa limpia y secando su cabello.
- ¿Me ves mal acaso? – Pregunto mirándome como si nada hubiera pasado.



- No… Jade se fue…Ya vamos a cortar el pastel, no te tardes… - Conteste.
- No lo are… bajo en unos minutos… - Dijo peinando su cabello.

Dios… Y es que somos tan diferentes que si a mi me pasara lo que ella, estaría llorando y deprimida 5 o 6 meses, en cambio Lita, creo que es adoptada y que es hija de un par de dragones de comodo o lo que es mas probable, esconde sus sentimientos y muere por dentro, pero es tan fría que jamás lo demostrara.

Unas horas mas tarde los demás se fueron, y como era de costumbre para todos los cumpleaños, cenábamos lo que sobraba de la torta, tomando café.

- Ya Lita, habla ¿Por qué le golpeaste? – Pregunto mi madre mirando a mi hermana.
- Porque la odio, a ambas… - Contesto refiriéndose a su amiga Jade también.
- Di la verdad, yo se que odias a esa idiota, pero tu y yo sabemos que estas celosa de que Jade este con ella… - Argumente mirándola seria y en tanto mi madre reía.
- Así que… Estas enamorada de tu mejor amiga, lo siento hija pero no hay nada más patético que eso ¡Oh Dios! Jajajajajaja –Se burlo mamá comiendo pastel.
- ¡Claro que no! ¡Ustedes no entienden nada! ¡Deja de reírte! –Exclamo Lita enojada.
- Sí no me río de la situación tendría que matarte Elizabeth ¡¿Cómo se te ocurre golpear así alguien?! –La regaño.
- ¡Pero mamá, si la otra idiota también la golpeo! – Salí en defensa de mi hermana mayor. Mi madre tomo las manos de Lita, mirándola con preocupación.
- Hija mía… Yo sé que no tienes suerte con los hombres, tal vez es por la maldición pero… no te rindas, aun quedan hombres buenos… - Dijo mirándola con lastima.
- ¡¡¡Mamá por favor!!! –Grito Lita, mientras obviamente yo, reía a carcajadas.


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