“Madre es el nombre que le dan a
dios
Los labios y los corazones de los niños”
Brandon Lee – El cuervo
Al día siguiente desperté muy temprano por la mañana y me decidí
a preparar el desayuno para mi madre y mi hermana; ya que bueno, mi madre no
sabia cocinar, mas bien, no lo hacia directamente.
- Buen día hija… ¿Qué preparas? -Me saludo mi madre
acercándose a mí.
- Hola mamá, hotcakes – Conteste sirviéndole café.
- Hoy no iré a trabajar… Podrías pedir tu día libre e iremos
de compras… -Dijo aun parada junto a mí.
- Lo siento mamá… No puedo… - Respondí para luego seguir
cocinando.
¿Mi madre quería pasar tiempo conmigo? ¿Qué le ocurría? ¿Estaba
en una dimensión paralela o algo así? La note extraña, ni siquiera había
arreglado su cabello ni estaba maquillada, mas aun me asuste cuando comenzó a
acariciar mi cabello suavemente, era extraño, no lo había hecho en mucho
tiempo, mucho menos de esa manera…
-¿Estas bien? – Pregunte mirándola, por supuesto que note
esa expresión de tristeza en su rostro.
- Claro que sí hija… - Contesto esbozando una leve sonrisa.
Suspire - ¿Quieres que pasemos tiempo juntas? – La
interrogue mirándola con algo de culpa. –Esta bien… pero solo por la mañana,
solo puedo tomarme medio día… - Explique sonriendo levemente.
- Es suficiente, iré a cambiarme – Dijo antes de subir a su
habitación.
- Esta mujer, me preocupa… - Susurre sirviendo el desayuno
para todas.
- ¡Hotcakes! –Grito Jamie sentándose a desayunar.
- ¿Iras a trabajar? – Pregunte sentándome a desayunar junto
a ella.
- Por supuesto, ¿Tu no? – Me interrogo.
En ese momento mi madre entro a la cocina, luciendo un
vestido color azul que le llegaba hasta por debajo de las rodillas, realmente
se veía bien.
- Lita, saldrá conmigo hoy – Interrumpió la mujer sonriendo.
Inmediatamente recibí una mirada extraña de Jamie.
Le mire haciendo una mueca con mis labios, luego mire a Eve,
la notaba extraña… no parecía ella, a decir verdad parecía que ocultaba algo.
-¡Adiós! ¡Diviértanse! –Exclamo Jamie para luego salir
corriendo a su trabajo con una tostada en la boca.
-¿Nos vamos? – Pregunto mi madre mirándome.
- Si, ya vamos… - Dije dejando las cosas del desayuno sobre
la mesada.
Y pues claro, como no podía ser de otra menara mi madre me
llevo al Shopping, compro toda clase de regalos innecesarios, para mi y Jamie;
hasta compro un collar para Louis mi gato que de hecho odia por ser negro y
siempre cruzarse en su camino.
-¿Te gusta ese vestido? – Pregunto señalando un vestido rosa
algo ridículo.
- No me gusta el rosa mamá, y ya creo que compramos
demasiado. – Conteste cargando alrededor de 20 bolsas.
- Ya casi es hora del almuerzo, llama a Jamie y dile que
almorzaremos en ese lugar que a ella le gusta – Me ordeno.
-Esta bien… -Dije para luego llamar a mi hermana. Claro,
como se trataba de comida ella acepto encontrarnos con gusto. – Mamá… ¿Por qué
hacemos esto? ¿Qué ocurre? ¿Me vas a pedir algo? – La interrogue en tanto
caminábamos al restaurante.
- ¡Jajajajaja! Para nada… - Contesto riendo. –Es solo que…
me he dado cuenta, de que suelo dejarte mucho de lado. No te demuestro que te
amo igual que a tu hermana, supongo que es porque me recuerdas mucho a tu
padre, te vez muy… alemana – Explico haciendo referencia al país de mi padre.
- ¡Es de Irlanda! –La corregí inmediatamente. – No necesitas
demostrarme nada mamá… yo lo entiendo… - Agregue mirando hacia otro lado.
- Como sea, allí esta tu hermana esperándonos. –Respondió
entrando al restaurante.
Luego de almorzar fui a mi trabajo, trabajaba en una
cafetería en el centro de la ciudad; aun pensaba en mamá, jamás le reclame
nada, no se porque lo hacia yo se con solo verme al espejo que tengo los ojos,
el cabello y hasta mis gestos iguales a los de mi padre quien según ella, fue
el hombre quien mas le ha lastimado; supongo que no debe ser sencillo vivir con
alguien que sea tan… idéntico en cierto modo.
Pase la tarde en la cafetería, solo sirviendo café y
pasteles y minutos antes de mi horario de salida Jade llego y espero por mí
para que vayamos juntas a mirar “el exorcista”, nuestra película favorita.
Ya había oscurecido mientras caminaba a paso lento hacia
casa, cuando de pronto recibí una llamada de mi hermana, diciéndome que vaya
hacia el hospital lo antes posible, me aterre, no sabia que ocurría, ni con que
iba a encontrarme al llegar al lugar; corrí, corrí los mas rápido posible; no
veía autos, ni semáforos y mis piernas no me respondían, solo temblaban al
momento de entrar al hospital. No sabia que hacia, mientras recorría los
pasillos del hospital en busca de mi hermana, ni siquiera sabia por que rayos
estaba allí.
-¡Lita! – Grito Jamie corriendo hacia mí. - ¡Es mamá! –
Exclamo llorando y abrazándome fuerte.
- ¿Qué? ¿Qué ocurre con ella? – Pregunte asustada.
- Le están haciendo un lavado de estomago, cuando llegue a
casa, ella estaba en el sofá y no me respondía… Tomo demasiadas píldoras…con
vodca…- Explico sollozando sin soltarme. - ¿Qué haremos hermana? – Pregunto
temblando.
Intente mantener la calma en tanto esperábamos noticias del
doctor, pero no podía evitar abordar a todas las enfermeras que pasaban por
allí; y, llegue a la conclusión de que ella había estado planeándolo, debí
imaginarlo por su comportamiento por la mañana.
- Tranquila Jamie, ella estará bien, lo prometo. – Dije
tomando su mano.
Horas después, luego de hablar con el doctor, y escuchar
todo lo que no quería escuchar. Volví a casa junto a mi hermana a preparar las
maletas de mi madre.
- No podemos hacerlo Lita, nos va a odiar luego. – Se
interpuso Jamie tomando mi brazo fuertemente.
- Ya escuchaste al doctor, ella necesita descansar ¿Quieres
que lo haga otra vez acaso? – Conteste llenando una maleta con ropa de mi
madre. Ella se sentó en la cama, llevando sus manos a su rostro para cubrir el
llanto. – Lo siento hermanita, pero es por su bien, no importa si se enoja, es
lo mejor para ella… Debes entenderlo y ser fuerte - Agregue sentándome frente a
ella.
- ¿Saldremos de esto verdad? – Pregunto mirándome con sus
ojos llenos de lágrimas.
Asentí, tratando de ser optimista por primera vez en mi
vida. – Claro que sí, lo superaremos… Ella no estará mucho tiempo allí, pero
debe estar allí, no podremos hacerlo solas… - Explique abrazándola.
Volvimos al hospital rápidamente, con las valijas, esperando
poder verle aunque sea por unos minutos, el doctor dijo que era mejor que
evitemos la despedida por el bien de ella; y la vimos… através de una puerta de
vidrio. Ella dirigió su mirada a nosotras, ambas notamos que nos miraba con
enojo. Yo solo me mantenía parada mirándole en tanto mi hermana se afirmaba sus
manos y su frente sobre la puerta, evitando con fracaso no llorar.
- Vamos Jamie, volvamos a casa… - Dije tomando su mano.
- No… Pero… - Se negó en tanto yo jalaba su brazo
fuertemente.
- Ya no podemos hacer nada aquí hermana – Conteste caminando
y tirando de su brazo mientras una terrible tristeza me inundaba al ver a mi hermana menor no separar su vista
de aquella puerta, aunque mi madre ya había desaparecido.
Me sentía responsable, si tan solo hubiéramos tenido más
comunicación o yo hubiera dejado de evitarla, esto no pasaría… Y no podía
evitar, preguntarme en tanto miraba a mi
hermana ¿Qué pasaría con nosotras? ¿Terminaríamos también de esa manera?
Hermoso *w*
ResponderEliminar