“Estaba a punto de convertirme en
Glenn Close en Atracción Fatal”
Reneé Zellweger –
El diario de Bridget Jones
Habían pasado dos semanas de la última vez que vimos a mamá,
y eso fue, exactamente cuando ella se fue al hospital Green Heaven, siempre le
llamábamos ya que no nos permitían hacerle visitas, aunque, ella parece estar
enojada conmigo ya que siempre habla con Jamie.
Estaba a punto de salir de la cafetería cuando la jefa pidió
hablar conmigo a solas; sabia que había asuntos personales conmigo, aunque no
tenia en claro cuales eran, termine de convencerme de eso ese día.
-¿Quería hablar conmigo? – Dije entrando a la pequeña cocina
de la cafetería.
- No exactamente, aquí tienes tu paga de este mes, mas tres
meses de sueldo más – Contesto dándome un sobre.
- Um… No lo entiendo… ¿Me esta despidiendo? – La interrogué
asombrada.
- Creo que no entiendes las reglas, siempre llegas tarde, te
vistes de forma inapropiada, no están permitidos los tatuajes ni los pirsings –
Explico mirándome sería.
- Eso no tiene nada que ver con mi forma de trabajar, no
acepto ese motivo, además sabes muy bien el motivo por el cual tengo problemas
con el horario, pero esta bien, entiendo que le moleste mi forma de vestir a
alguien que viste como una… prostituta de calles bajas como usted. – Conteste
tomando el sobre, mi abrigo y saliendo de la cafetería realmente enojada. – Perra… ¿Quién se cree? Aish, que maldita
bruja adicta a las cirugías ¡Me arruino la noche!… - Me decía a mi misma en
tanto caminaba hacia casa, debajo de una tenue llovizna.
¿Qué problemas tiene? ¿Tan mal me visto? ¿Qué más me podría
suceder?
Me preguntaba tratando de tranquilizarme en tanto caminaba.
De pronto un gran y feo perro salio de la nada y comenzó a
ladrar como si estuviera poseído frente a mí. -¡Vete perro! –Grite enojada
tratando de esquivarlo, lo que fue peor porque aquel gran perro salto sobre mi.
-¡Ah! ¡Esta bien! ¡Toma! ¡Llévate todo! – Dije dando le un chocolate mientras gritaba.
-¿Estas bien? –Pregunto un muchacho quitándome el perro de
encima y ayudándome a ponerme de pie.
- ¡No! – Conteste esquivándolo y continuando con mi camino,
una tras otra las desgracias fueron ocurriendo esa noche, y prosiguió con una
tormenta. - ¡Maldición! ¡Déjame llegar sana y salva a mi casa! –Exclame en
tanto el muchacho aquel reía. - ¡¿Y tu que me ves?! – Volví a gritar.
Y casi lo lograba, estaba a unas pocas calles, solo me
quedaban esas pocas calles para llegar y estar calentita bebiendo un café, pero
no… Obvio, un auto debía cruzar l esquina mientras yo caminaba con mis ojitos
brillantes hacia mi casa, mojándome y llenándome de barro.
-¡Maldito infeliz! –Grite demasiado cansada como para pensar
en como me veía. Antes de entrar a casa, note que todas las luces estaban
apagadas, me pareció algo extraño que Jamie se fuera a la cama tan temprano.
Al entrar, estaba tan enojada que ni siquiera gire el
picaporte sino que abrí la puerta de una patada.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – Escuche a mi hermana y a Jade,
quienes estaban mirando una película de terror, gritar y abrazarse con sus ojos
llenos de lágrimas al verme.
- ¡Aléjate espíritu maligno! – Grito Jamie en tanto yo
miraba hacia todos lados confundida.
- ¡Mierda! ¡Lita! ¡¿Qué te ocurrió?! Pareces un linyera…
–Pregunto Jade acercándose a mi.
- ¿Tan mal me veo? –Pregunte en tanto las escuchaba reír. –
¡Me despidieron, me moje con la lluvia, un perro quiso descuartizarme y me robo
mi chocolate, y un auto me lleno de barro! – Explique enojada
- Te ves ridícula, pronto encontraras otro trabajo hermana;
mejor sube y date una ducha, apestas… - Dijo Jamie riendo.
- ¿Lo dice alguien que abrazo a Jade llorando como un bebe
del miedo? –Pregunte irónicamente burlándome de ellas, para luego subir a mi
habitación.
Al salir del baño vi que Jade estaba recostada en mi cama
mirando la TV.
-Te traje la cena… - Dijo la muchacha comiendo la cena que
traía para mi en tanto miraba TV.
-Gracias, no tengo hambre… -Conteste dejándome caer sobre la
cama.
- ¿Qué te ocurre? ¿No tengo que abrazarte verdad? –Interrogó
Jade mirándome preocupada.
- ¡Por dios no! – Respondí riendo. – Es solo que necesito a
alguien, todo se esta volviendo monótono y aburrido ¿Crees que sea cierto lo de
la maldición? – Pregunte mirando hacia el techo.
- No, creo que si no tienen suerte en sus relaciones es
culpa de ustedes o de sus parejas, no de una maldición, y en tu caso… -Explico
riendo.
- ¿En mi caso que? – Volví a preguntar llevando mi vista
hacia ella.
- Creo que aspiras muy alto… - Contesto en voz baja. – Se
realista, no buscas a nadie que tenga menor coeficiente intelectual que el
tuyo, un auto, sea de un buen vecindario… Seamos sinceras, no quieres a nadie
de The Valley – Aseguro.
- ¿Eso que tiene de malo? ¿Quieres que termine como mi madre
acaso? Una puede elegir a quien amar…- Me justifique suspirando.
- Nunca te has enamorado de ninguna de tus parejas, jamás
derramaste una lagrima por ellos y mucho menos los valoraste; Game Over Lita –
Evidenció mirándome seria.
- ¿Puedes ser un poco imparcial? ¿Ahora me dirás que ellos
eran buenas personas? –Pregunte enojada.
- Cada uno tiene lo que se merece, grábatelo en la cabeza.
Te diré la verdad, eres muy buena persona y además eres guapa, si te gustaran
las mujeres yo sería tu novia; pero creyéndote una persona mas madura de lo que
eres, no llegaras a nada… Eso que tienes allí no es solo un músculo Elizabeth…
- Dijo ella señalando mi pecho.
- ¿Eso es una confesión? – Pregunte riendo.
- ¡No, te comienzo a odiar idiota! ¿Escuchaste algo de lo
que te dije? – Contesto mirándome con rechazo.
- ¿Por qué eres así? ¡Me dices todas estas cosas, como si yo
fuera un robot sin sentimientos, como si no supiera que es el amor! ¡¿Y tú
que?! –Exclame enojada.
- ¿Yo que? ¿Acaso hablamos de mí? ¡Tu problema es que te
crees mucho y eso te deja así de pequeña! Continúa con tus libros, tu música,
tu intelectualidad y tu ropa de hija del diablo… ¡Así terminaras, sola con tus
libros que huelen a…! ¡Mierda! – Exclamo en voz alta arrojándome una almohada y
caminando.
- ¡¡¡¡Vete!!!! –Grite realmente a punto de explotar.
- ¡¡¿Y que rayos crees que hago pedazo de idiota?!! – Contesto
ella de la misma manera cerrando la puerta de un golpe.
-¿Estas loca? – Pregunto Jamie entrando a mi habitación.
- Jade es la chiflada, no yo… - Respondí cubriéndome con las
frazadas hasta tapar mi cabeza.
- No te pongas así hermana, ya se arreglaran las cosas – Dijo
la menor dándome unas palmadas en la espalda. – Buenas noches – Me saludo recostándose
a mi lado.
- Estoy bien… - Aclare aun debajo de las mantas.
- Si… Lita… Descansa… -Volvió a saludarme ella jalando las
mantas para taparse.
¿Qué era esto? ¿Jade se había vuelto chiflada? ¿Yo era una idiota,
robótica, interesada y sin sentimientos?
Pensaba debajo de esas mantas intentando quedarme dormida…
- Maldita Jade…
No hay comentarios:
Publicar un comentario